¡Jordi Martinell, Michal Kowalewski y Rosa Domènech
acabamos de publicar un artículo en la revista PLoS ONE! En esta ocasión, hemos realizado un análisis
cuantitativo sobre trazas de depredación en el serpúlido Ditrupa arietina. Estos anélidos poseen un esqueleto externo
tubular arqueado, de longitud no
superior a los 2,5 cm. Actualmente habitan fondos blandos en el Atlántico
nororiental y el Mediterráneo. Suelen formar grandes poblaciones y se les
utiliza como indicadores de inestabilidad sedimentaria y de cambios
ambientales.
D.
arietina es también frecuente en el Plioceno
marino mediterráneo. En este caso, los fósiles proceden de un afloramiento en
Cabo Cope (Región de Murcia), donde esta especie abunda a lo largo de casi toda
serie (se han contabilizado 5925 especímenes en 9 muestras procedentes de 5
niveles, con longitudes máximas de 1,34 cm). En 233 de ellos, repartidos por
todas las muestras, se identificó Oichnus
paraboloides, perforación atribuida a la actividad depredadora de
gasterópodos u otros invertebrados carnívoros. Sin embargo, en el yacimiento no
se han hallado fósiles de ningún posible depredador.
Muchos de los tubos están fragmentados,
lo que suponía un problema para valorar el número real de individuos y así
cuantificar la incidencia de la depredación sobre las poblaciones.
En el trabajo se ha seguido un método basado en el peso de los esqueletos para
obtener una aproximación lo más real posible al número de individuos de las
muestras. Sobre el material se ha llevado a cabo un exhaustivo análisis
estadístico.
Algunos resultados: La frecuencia de
perforación varía entre 2,7% y 21% según las muestras; sólo un 3,9% de los
ejemplares presentan más de una perforación; no se observan reparaciones ni
perforaciones sin acabar, es decir, todos los ataques tuvieron éxito; los tubos
perforados son significativamente más pequeños que los no perforados; hay una
cierta correlación entre la longitud del tubo y la posición de la perforación.
Toda esta información señala que quien
realizó las perforaciones era un depredador que seleccionaba el tamaño de la
presa y actuaba en un punto previsible en función de la longitud del tubo. Hemos visto que los patrones cualitativos y
cuantitativos analizados son consistentes con los también observados en
escafópodos fósiles, de esqueletos y hábitos de vida similares, o bivalvos
infáunicos. Todo ello permite afirmar que las poblaciones actuales y las
asociaciones fósiles de poliquetos serpúlidos representan una fuente de
información útil sobre la depredación por perforación y otros parámetros
ecológicos y paleoecológicos de comunidades marinas de fondos blandos.
Agradecemos la
inestimable colaboración de Cristino Dabrio (Universidad Complutense de Madrid)
y de Diego García Ramos (Asociación Cultural Paleontológica Murciana) en las
distintas fases del trabajo de campo. ¡Compartir discusiones con vosotros
fue -y sigue siendo- una estupenda experiencia!
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