viernes, 20 de abril de 2012

Perforaciones en PLoS ONE



¡Jordi Martinell, Michal Kowalewski y Rosa Domènech acabamos de publicar un artículo en la revista PLoS ONE!  En esta ocasión, hemos realizado un análisis cuantitativo sobre trazas de depredación en el serpúlido Ditrupa arietina. Estos anélidos poseen un esqueleto externo tubular arqueado, de longitud  no superior a los 2,5 cm. Actualmente habitan fondos blandos en el Atlántico nororiental y el Mediterráneo. Suelen formar grandes poblaciones y se les utiliza como indicadores de inestabilidad sedimentaria y de cambios ambientales.

D. arietina es también frecuente en el Plioceno marino mediterráneo. En este caso, los fósiles proceden de un afloramiento en Cabo Cope (Región de Murcia), donde esta especie abunda a lo largo de casi toda serie (se han contabilizado 5925 especímenes en 9 muestras procedentes de 5 niveles, con longitudes máximas de 1,34 cm). En 233 de ellos, repartidos por todas las muestras, se identificó Oichnus paraboloides, perforación atribuida a la actividad depredadora de gasterópodos u otros invertebrados carnívoros. Sin embargo, en el yacimiento no se han hallado fósiles de ningún posible depredador.

Muchos de los tubos están fragmentados, lo que suponía un problema para valorar el número real de individuos y así cuantificar la incidencia de la depredación sobre las poblaciones. En el trabajo se ha seguido un método basado en el peso de los esqueletos para obtener una aproximación lo más real posible al número de individuos de las muestras. Sobre el material se ha llevado a cabo un exhaustivo análisis estadístico.

Algunos resultados: La frecuencia de perforación varía entre 2,7% y 21% según las muestras; sólo un 3,9% de los ejemplares presentan más de una perforación; no se observan reparaciones ni perforaciones sin acabar, es decir, todos los ataques tuvieron éxito; los tubos perforados son significativamente más pequeños que los no perforados; hay una cierta correlación entre la longitud del tubo y la posición de la perforación. 

Toda esta información señala que quien realizó las perforaciones era un depredador que seleccionaba el tamaño de la presa y actuaba en un punto previsible en función de la longitud del tubo.  Hemos visto que los patrones cualitativos y cuantitativos analizados son consistentes con los también observados en escafópodos fósiles, de esqueletos y hábitos de vida similares, o bivalvos infáunicos. Todo ello permite afirmar que las poblaciones actuales y las asociaciones fósiles de poliquetos serpúlidos representan una fuente de información útil sobre la depredación por perforación y otros parámetros ecológicos y paleoecológicos de comunidades marinas de fondos blandos. 

Agradecemos la inestimable colaboración de Cristino Dabrio (Universidad Complutense de Madrid) y de Diego García Ramos (Asociación Cultural Paleontológica Murciana) en las distintas fases del trabajo de campo. ¡Compartir discusiones con vosotros fue -y sigue siendo- una estupenda experiencia!



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